Una banda sobrevalorada para algunos, que alcanzó su posición por la conjunción de un grupo de situaciones ajenas a ellos según otros; la realidad: una banda con un impacto innegable en la música latinoamericana.
Quique, Meme, Joselo y Rubén empezaron tocando en casa de los Rangel, en un cuartito en el que apenas cabían todos. Así empezó la historia de una de las mejores bandas del rock latinoamericano; con cuatro muchachos inquietos y curiosos por hacer música. Un cuarteto que sin alguno de sus cuatro elementos no sería lo mismo, jamás podría serlo.
El rock en latinoamérica tiene la particularidad de no ser purista, y es que cómo iba a serlo, con cumbias, salsas, tangos, cuartetos, norteñas y un universo musical de sabores distintos, era imposible no «contaminar» aquella base anglosajona que, a momentos, se antojaba insípida. Eso lo entendió bien Café Tacvba y desde su principio se interesaron por añadir elementos autóctonos y típicos de México a su sonido: boleros, cumbias, rap, quebradita, sones y danzón y rock, rockpop, rock purista, rock romántico. Los de Satélite han experimentado todo y hablado de todo tipo de temas, la paternidad, la mística budista, la violencia, el amor, el desamor, sus historias, sus problemas; incluso han sido capaces de guardar silencio y hablar a través de la música con su disco instrumental Revés.
Son pocas las bandas que han logrado mantenerse unidas durante tanto tiempo. La convivencia no debe ser sencilla y esta banda debe tener sus problemas internos, con todo, han sabido darse espacios: para explorar otros proyectos, para diseñar, para hacer otros artes, para producir, para descansar, para escribir. Café Tacvba encontró la fórmula para seguir adelante, han visto el final cerca, seguro, pero no han sucumbido a él y aquí siguen 30 años después.
La banda celebra estos treinta años el día de hoy, en honor a su primer tocada oficial en el Hijo del Cuervo, allá en Coyoacán. Desde ayer estuvieron animando a su público con el anuncio de lo que se viene:
Una banda siempre preocupada por sorprender y que para estos treinta años no dejará de lado la oportunidad de impactar la escena del rock. Ya lo hizo este mismo año con la locura que provocó su segundo MTV Unplugged que se grabó en la Sala Nezahualcóyotl de Ciudad Universitaria, un recinto que la UNAM, la mayor casa de estudios de latinoamérica, no presta a cualquier artista. Hay en ello un reconocimiento a su impacto cultural, más allá de la mera cultura popular. Y así arrancan las celebraciones:
¿Qué vendrá? Una gira de celebración, un épico concierto de 30 años en la Ciudad de México en diciembre, para el que todavía no se informa de una venta de boletos, y música, mucha música, seguro, el renacimiento de la creatividad a partir de la revisión de la propia historia. A estos músicos, recién lo demostraron, ni quitándoles sus instrumentos los detienen. Hoy se cumplen 30 años de una banda pero, ante todo, 30 años de un ejemplo de pasión y vitalidad rockera. 30 años de un amor por ser latinos y no querer ser otra cosa. 30 años del mejor Café del mundo.