Hablar de la escena contemporánea del rap es hablar de las diversas formas que los géneros urbanos han adoptado y hablar de ellas es hablar, inevitablemente, de Alemán. De su éxito actual que no es más que la suma de un cúmulo de esfuerzos y experiencias y, sobre todo, de mantenerse fiel a la identidad de la cultura callejera, de la denuncia que encarna y del amor a las rimas, al beat y a la música.
Ya antes, Alemán nos dio testimonio de su vida con temas como Quién Si No o con temas más relajados como Waves, también nos demostró su respeto por la cultura que lo forjó y por la vida en la calles con un gráfico video y homenaje al barrio bravo de Tepito en Me Estás Matando.
Ahora, ambos factores cobran vida en uno con una declaración vital orgullosa y ganada que describe el difícil y particular camino de una estrella al éxito mientras agradece a todos aquellos que lo han ayudado a llegar al lugar en el que se encuentra hoy por hoy: Gran Vida.
Mucho se podrá decir del hip hop como cultura, de la relación casi inmediata que se hace entre el género musical y la violencia y el crimen; sin embargo, no debe perderse de vista el foco central: la denuncia. La denuncia de una cultura que todos estamos llamados a mejorar y la denuncia que es la vida de un joven que teniendo todas las herramientas para convertirse en la peor versión de sí mismo elige la música como expresión de vida y como salida.