La nueva película de Charlize Theron y Seth Rogen ha llegado a las salas de cine este fin de semana y ya hay un veredicto claro: es una romcom con todas sus letras (se desenvuelve con la estructura dos personas se conocen, se enamora, se presenta un obstáculo para su amor y sobrepasan o no ese obstáculo) pero, con todo, logra añadir un elemento refrescante y novedoso al género.
El argumento de la película sigue a Fred Flarsky, un escritor desempleado e inadaptado social, y a Charlotte Field, la Secretaria de Estado de los Estados Unidos, quienes tras un encuentro fortuito descubren que ya se conocían. Charlotte solía ser la niñera de Fred. El reencuentro resulta benéfico para ambos pues Charlotte necesita un nuevo escritor para su campaña para la presidencia de EUA y Fred parece la mejor elección. Así se ven movidos a convivir mucho tiempo en diferentes escenarios que les ayudarán a encontrarse de manera emocional.
Hasta aquí nada es nuevo en la historia, es incluso una premisa ya común: la pareja dispareja. La novedad está en la crítica política que transmite la película a través de la historia de estos dos. Dejando claro los modelos políticos que se cuestionan acá y preguntándose por el papel de las mujeres en la política, la película logra refrescar el género y funcionar en más de un nivel.
Se ha destacado de manera especial la contribución de actores que aparecen brevemente pero que ayudan a crear el entorno cómico adecuado pero en especial, con mayúsculas pues, se ha reconocido la actuación de Theron y Rogen quienes con la excelente dirección de Joseph Levine logran una química que se siente natural, verosímil y creíble.
La mezcla Theron-Rogen parecía tan improbable en la vida real como en esta película y finalmente ha resultado un acierto para esta película que muestra un territorio de contacto entre ambos actores y que revela a Rogen como un cómico «rosa» y a Theron como una actriz de comedia.
En conclusión, una película que vale la pena por el modo tan sutil y ligero en que hace una crítica del clima político contemporáneo y por la solidez del género de la comedia romántico que aprovecha.Una divertida crítica política que garantiza todas las cualidades de la clásica comedia romántica.