Por qué Yalitza Aparicio debería ganar el Oscar.

Publicado en Diario Imagen el 20 de febrero de 2019.

Los mexicanos no somos los mejores jueces para apreciar Roma porque nos resulta demasiado cercana: o bien la elogiamos desmedidamente a causa de un patriotismo exaltado, o bien la criticamos por parecernos poco impactante o simple.

En mi caso ha sido inevitable reconocer en Cleo, protagonista de la historia, a mi abuela materna. Fue una trabajadora del hogar, nunca supo leer ni escribir y, sin embargo, tal como Cleo, siempre encontraba caminos para mostrarme su amor, su ternura y conectar conmigo como niño; me hacía sentir escuchado y me dio la certeza de que alguien más sentía lo mismo que yo. Mi abuelo fue, guardadas ciertas distancias, un Fermín y, por lo que me han contado, mi abuela vivió experiencias muy similares a las de la protagonista de Roma. Aún me cuestiono si entre todo lo que ella calló no se encontrará una versión de la historia que escribe Cuarón con ella como protagonista. Nunca lo sabré.

En esta película, Cuarón muestra un lenguaje cinematográfico propio además de hacer una reconstrucción impecable del México de los setentas y presentarnos una historia profundamente dramática. La técnica del plano secuencia que ha sido tan característica de su estilo, aquí alcanza niveles de una maestría demoledora: en lo técnico, al lograr encuadrar eventos tan complejos como un incendio o una rebelión estudiantil, y en lo narrativo, al convertir el dinamismo en el medio para contarnos una tragedia, logrando que las pocas tomas fijas adquieran un peso hiperdramático ontológico.

Debo incluirme entre los que no encontraron particularmente impactante la dinámica entre Cleo y la familia de Cuarón; esto se debe, creo, a lo radicalmente normalizados que están el racismo y el clasismo en nuestras vidas. Me impactó más el papel de las paternidades: la capacidad de dos personajes de estratos sociales distintos de desentenderse de sus obligaciones y responsabilidades por igual, así como el fundamento de una masculinidad tan ridícula y nebulosa como podría resultar el profesor Zovek.

Ante la dificultad de ser objetivos lo mejor que podemos hacer es prestar atención a esas voces externas que hablan de este trabajo. Fuera de México la ambigüedad que generan el amor y el clasismo que conviven en esta historia ha sido muy impactante; los europeos y los estadounidenses encuentran inquietante aquello que para nosotros resulta demasiado común como para ser notable. Y exactamente lo mismo se puede decir de Yalitza Aparicio, un ser humano tan particular e intrigante fuera de casa pero que en México es constantemente denostada e ignorada. Los filósofos nos dedicamos a buscar la verdad y parte de esta disciplina es construir argumentos. Así, en un esfuerzo de objetividad, he diseñado un argumento que me parece valida y reafirma la relevancia del trabajo actoral de Yalitza Aparicio.

Primero hay que considerar que esta película sigue la tradición del neorrealismo italiano, un movimiento cinematográfico que tuvo como objetivo mostrar las cosas tal y como son. Por eso, una de sus principales características es una atención a las expresiones no verbales de los personajes, esto es, una atención a sus gestos, sus reacciones y, más importante que todo, la representación auténtica de sus sentimientos. Esto es claro en el caso de Roma con la preocupación de Cuarón por mantener el guión en secreto y no revelarlo a los actores hasta que la escena sucediera para, de este modo, preservar reacciones auténticas y espontáneas. Desde este punto de vista, entonces, la tarea actoral de Yalitza era personificar una autenticidad humana y, a la vez, la autenticidad de alguien más. Reaccionar como sí misma pero reaccionando como Cleo al mismo tiempo, es decir, asumir la espontaneidad propia pero en términos de una psicología ajena. Reaccionar físicamente como ella pero emocionalmente como Cleo.

Asumido esto queda claro que el trabajo de Aparicio es, ante todo, un trabajo de empatía; es decir, ser capaz de ponerse en los pies de otro, sentir lo que esa persona siente o sentiría. Mucho se ha dicho que para esto Yalitza no ha tenido ninguna preparación, sin embargo, me parece que eso es obviar la conexión fundamental que existe entre todas las artes y humanidades que es, justamente, la empatía. Ni el actor, ni el historiador, ni el pintor, ni el filósofo, ni el cineasta pueden ejercer su disciplina sin salirse de sus propias opiniones, visiones y sentimientos para comprender y encarnar en lo posible los de otros.

De las humanidades quizá la más importante, porque garantiza que éstas sigan existiendo, es la educación, que es la disciplina en la que Yalitza fue formada. Para ser educador hay que empatizar con las condiciones, necesidades, sentimientos y preocupaciones de las personas a las que se les quiere transmitir conocimiento. Esta tarea es fundamental para que la educación realmente suceda, cuando la educación no es empática no es formativa ni cambia nada. Si ya es complicado tratar de empatizar con otros seres humanos en condiciones similares a las nuestras, hacerlo con los niños es todavía más complejo y eso es a lo que se dedicaba Aparicio antes de esta película: a educar niños.

Por último hay que decir que empatizar no basta para ser actor, también hay que transmitir y expresar. En el caso de Yalitza, una fuerte carga de esta transmisión y expresión está dada por las condiciones formales y técnicas de la película. Aún suponiendo que la expresión de Aparicio sea mínima, la forma en la que la película fue rodada garantiza que ésta no sea nula; por lo tanto, quien niega que Yalitza transmite con su trabajo actoral tendría que negar que el realismo no genera emociones o que las expresiones faciales de otros humanos no generan reacciones en uno mismo. Esto, más que evidenciar una carencia de expresión de Aparicio, delataría una falta de empatía del espectador.

En resumen, si actuar se puede resumir en reaccionar, empatizar y transmitir, Yalitza Aparicio ha demostrado ser capaz de estas tres, por lo tanto, de actuar. Y si de estas tres la fundamental es la empatía, entonces Yalitza Aparicio tiene experiencia suficiente y una formación afín al fundamento de la actuación. Claro que esto no sustituye los referentes que aporta una formación actoral, sin embargo, en lo elemental Yalitza es una actriz probada. Y si es verdad que la calidad se exhibe en el hacer más con menos, no existe ninguna otra nominada al Oscar a Mejor Actriz que cumpla mejor esta regla que Aparicio que ha sido capaz de protagonizar y hacer lucir una película del calibre de Roma con el ejercicio adecuado de los fundamentos mínimos de la actuación.

No quiero pecar de ingenuo, sé que las probabilidades de Yalitza  Aparicio para ganar el Oscar no son las más altas, sin embargo, si lo logra hay una imagen que no puedo quitarme de la cabeza y que me gustaría se hiciera realidad: que regalara a todos los espectadores del mundo unas palabras en mixteco. Sé bien que habla esta legua sólo operativamente, pero es una herencia de la que se ha mostrado muy orgullosa. Tal victoria y tal gesto podrían ser la primera piedra de la construcción de una nueva consideración con nuestros pueblos originarios pues los haría visibles al mundo —aunque es verdad que no cambiaría de la noche a la mañana las condiciones sociales y el racismo al que se enfrentan. Un cambio verdadero al respecto requerirá de muchos más esfuerzos por asumir las diversidades que componen nuestro país de los cuales una potencial victoria de la mexicana podría ser el primer paso porque, después de todo, Roma no se construyó en un día.

Si quieres mantenerte al tanto de nuestras publicaciones semanales regístrate en el siguiente botón:

Contenido relacionado:

Cassandro Gael Garcia Bernal Roger Ross Williams Prime Video LGBT lucha libre mexicana exotico luchadores exoticos
Editorial

Exótico

La lucha libre mexicana ha construido una representación de la feminidad y la homosexualidad contrastante con una disciplina que exalta una imagen hegemónica del machismo y la masculinidad tradicionales: los luchadores exóticos.

La cinta Cassandro recompone algunos eventos biográficos de la vida de Saúl Armendáriz «Cassandro» —exponente de los luchadores exóticos— para delinear una historia de autoaceptación y autodescubrimiento.

Leer Más >>
Fuente de imagen original: Home Box Office Lakers tiempo para ganar Winning Time The Rise of the Lakers Dynasty explicacion Jerry Buss Magic Johnson Kareem Abdul-Jabbar cancelacion Adam McKay NBA Larry Bird Celtics
Editorial

Showtime Lakers

El pasado domingo durante la emisión del último episodio de la segunda temporada de Wining Time: The Rise of the Lakers Dynasty o Lakers: tiempo de ganar, sin avisos previos ni anticipación alguna, HBO anunció la cancelación de la destacada serie de televisión producida por Adam Mckay.

Esta ficcionalización de la historia de la NBA retrata la construcción de los cimientos sobre los que una modesta liga de baloncesto estadounidense se convirtió en una industria mundial de entretenimiento.

El resultado generó el disgusto y desacuerdo de celebridades, jugadores y ejecutivos de la NBA por el modo en que son representados en el show de televisión.

Leer Más >>
El Oso The Bear Jeremy Allen White Ayo Edebiri Christopher Storer Hiro Murai Jon Bernthal Jamie Lee Curtis Will Poulter Bob Odenkirk Sarah Paulson John Mulaney Olivia Colman explicacion
Editorial

Estrella de excelencia

En su segunda temporada, The Bear avanza hacia el relato de la compleja tarea de echar a andar un restaurante de primera calidad sobre los restos de un antiguo deli de sándwiches.

La segunda entrega de El oso no cambia las formas de su antecesora ni extiende intensivamente lo que se pone en juego para Carmy y compañía con su nuevo propósito; más bien, se dedica a expandir el entorno de este equipo de trabajo y, con ello, revelar el modo en que un esfuerzo colectivo de esta envergadura es la suma de esfuerzos y búsquedas personales igualmente complejas.

Leer Más >>
How to with John Wilson explicacion documental Nueva York comedia Nathan Fielder HBO Max
Editorial

Video-ensayo

Según los críticos estadounidenses de televisión que han elogiado a How to with John Wilson, es complicado describir exactamente el peculiar estilo cómico y la espontánea genialidad documental que se dan cita en la serie de HBO Max.

En la serie de televisión podemos esperar y reconocer con claridad un talante satírico, irónico y curioso que busca documentar el Estados-Unidos-citadino-profundo. En específico, que se aproxima con una mirada cómica pero respetuosa y sin juicios de valor a personas, personajes, situaciones y lugares de la ciudad de Nueva York que podrían catalogarse, simple y llanamente, como raros. Un formato de tutoriales en los que nuestro narrador y camarógrafo nos propone ayudarnos a lidiar con una problemática o fenómeno común del día a día de las grandes ciudades

Leer Más >>