Pussy Riot, el colectivo ruso de punk-runk, electrorock y música urbana experimental conocido por su identidad contestataria y de denuncia social, vuelve a apuntar sobre un problema de índole general ejemplificado en una disputa local. Hace poco nos hablaban del cuidado del medio ambiente y de los excesos de las industrias que generan desechos tóxicos en Black Snow y ahora señalan los excesos y la violencia policial en su país de origen.
El track, en esta línea de sonidos urbanos que recientemente ha tomado el colectivo, pide libertad para los presos políticos (activistas y bloggeros que han sido encarcelados) y cuestiona la legitimidad de las recientes elecciones en su país. El título de la canción es una referencia a un comentario de un oficial de policía, según reporta la banda, que dijo: «Es una lástima que no sea 1937 ahora mismo» refiriendo a lo que la banda llamó un pasado de «asesinatos en masa y terrorimo de estado».