Hace algunos días el multipremiado director Quentin Tarantino declaró que si su próximo estreno, Once Upon a Time in Hollywood…, es bien recibida podría convertirse en su última película. Es bien conocido que el cineasta ha dicho que su carrera sólo abarcaría diez films y este, que es su noveno, parecía una obra de madurez y una joya que anticipara un gran final a una gran carrera; sin embargo, el director ha revelado esta intención de terminar su carrera fílmica si este film alcanza el objetivo que él le ha fijado.
Para entender qué se trae entre manos Tarantino con esta potencial joya fílmica (aunque, cuando menos, será una buena película, pues a eso nos tiene acostumbrado Quentin) podemos echar mano de las críticas que ha recibido la película en sus primeras exhibiciones y las palabras del propio director.
En primer lugar hay que adelantar que Tarantino ha hecho un fuerte énfasis en la importancia de ver esta película en su fin de semana de estreno (23 de agosto en México) pues hay giros narrativos que es importante evitar conocer de antemano, es decir, hay que cuidarse de los spoilers. Esta información la han corroborado muchos críticos que, además, han enfatizado el excelente trabajo de producción y de recreación de las condiciones de los años sesenta, para lo que el propio Tarantino ha citado el trabajo de Alfonso Cuarón en ROMA como una inspiración.
Ahora, en una reciente entrevista publicada por Sony Pictures, Tarantino y los actores nos revelan que esta película es una visión voyerista de Hollywood, lo que, creemos, quiere decir que estaremos frente a esa visión interna de Hollywood, desde sus mayores perversiones, pero, al mismo tiempo, desde sus contrastes, como lo afirma Tarantino quien destaca los arcos narrativos de DiCaprio y Margot Robbie que, al parecer, son simétricamente inversos. Por su parte el personaje de Pitt funcionará como una especie de mediador en la trama abstracta que sigue la película: una analogía y propuesta sobre cambio y tiempo en la industria cinematográfica.
Destaca también una fuerte presencia de la cultura hippie y profundas referencias a ella y, por si fuera poco, la aparición de una versión, a la Tarantino, de Charles Manson, quien, en sus palabras, aprovechó el boom de esta cultura para construir su culto sectario. El director nos adelanta que, como suele suceder en sus películas, habrpa juegos cuasimágicos y fantasiosos con la realidad, de ahí la necesidad de llamar esta película Once Upon a Time (que se traduce como Había una vez) para referir tanto a la condición fantástica de los cuentos de hadas como a la pretensión épica y de punto final que tiene esta obra.
Puedes ver la entrevista completa a continuación, en la que Tarantino nos explica, hacia el final de la misma, el proceso creativo y los riesgos que tomó para generar lo que, anuncian muchos, podría ser su mejor película: