La nostalgia noventera cada día se empieza perfilar más y más como el futuro cinematográfico y visual, después de todo, las generaciones siguen creciendo y quienes crecimos a finales de los noventa y en los dosmiles estamos cada vez más cerca de los treinta y, con ello, de otras perspectivas de vida.
Ahí, en esa nostalgia, sería imposible no volver a una franquicia tan determinante como Pokémon, misma que como serie animada de televisión o como videojuego, nos procuró (y al algunos aún les procura) horas de entretenimiento.
Detective Pikachu hace realidad el sueño de cualquier fan de la franquicia de los pequeños monstruos: un mundo real en el que los humanos y los Pokémon conviven. El CGI acá se vuelve importantísimo pues logra reflejar texturas de piel y pelaje de estos personajes ficticios que terminan por dar un toque profundamente realista al aspecto de estos.
Justo ese, el CGI, los efectos visuales por computadora, es la característica más destacable de la película porque aunque en un primer momento resulta complejo sumergirse en esta ciudad con Pokémon andantes y reales, en lo fundamental logra crear esta realidad alterna que termina por sentirse común y corriente, verosímil, creíble. Con todo no exhibe sus mejores características en ello si no en la reconstrucción de los hechos, recordemos que estamos en una película de detectives; allí los efectos son impresionantes asemejando una tecnología posible y hasta deseable.
Por el otro lado, la trama resulta algo floja como argumento; sin embargo, no de una manera que evite que la película sea entretenida y divertida. Dicho de otro modo, la película parece estar más preocupada por el camino y no por el trayecto específico. Se da prioridad a una trama que permita acción y la inclusión de cuantos Pokémon sea posible, lo cual te mantendrá entretenido buscando reconocer a cada pequeño animalillo que veas durante la película.
El humor es también destacable. El doblaje de Ryan Reynolds es adecuado y agrega un tanto de acidez, sarcasmo y hasta obscuridad a Pikachu. Hay genuinos momentos cómicos que permiten que la película fluya con soltura y, por supuesto, hay muchos momentos que te provocarán ternura y ganas de tener un Pokémon en la vida real.
Conclusión.
Detective Pikachu es una experiencia divertida que revivirá tu nostalgia infantil o juvenil que privilegia el cómo, el camino, el transcurso de la película pero que en el qué, el argumento resulta lago floja. Una excelente experiencia para fans de la saga y una entretenida experiencia para el público en general.