Por definición el epílogo es esta historia que se añade a obras literarias ya cerradas que, no obstante, dejan algún cabo suelto. El epílogo trata de cerrar esos últimos resquicios con un añadido que, en ocasiones, es innecesario pero que bien hecho redondea un trabajo narrativo y creativo.
Toy Story 4 hace justo eso, cierra un cabo suelto que no sabíamos que nos hacía falta comprender y cerrar. Como es obvio y por lo que adelantaron ya los trailers para este cierre son fundamentales dos personajes Bo Beep, o Betty como la conocimos en Latinoamérica inicialmente, y Forky.
Siempre supimos de la relevancia que tuvo Bo para Woody pero en esta película podemos explorarlo a detalle y comprender qué sucedió con la pastorcilla que desapareció para Toy Story 3. Por su parte, Forky, es otro mundo, es la excelente metáfora sobre el millennial y la postura existencial, angustia humana y confusión que experimenta como generación de transición.
A esto habría que sumar la excelente participación de Keanu Reeves y Kay & Peele. Los segundos aportando su excelente humor llevando la historia a un nivel de absurdo, ironía y comicidad excelsos y el primero con un personaje complejo e inmediatamente entrañable, gracioso, atribulado y simpático.
Lo que toca a la animación es excelente, la evolución desde Toy Story, la primer película de Pixar, hasta este momento es asombrosa. El sólo pensar en cómo han cambiado las cosas desde 1995 hasta nuestros días te hará sentir viejo. La dinámica propia de los cuerpos de los juguetes de acción, las texturas y los detalles que los componen tienen acá una complejidad que parecería absurda por lo cercana a la realidad que es.
Finalmente la narrativa es excelente como epílogo aunque como historia unitaria no es nada del otro mundo. Dicho de otro modo, la historia adquiere todo su valor y potencia en función de sus antecedentes que permiten comprender a fondo lo que sucede con los personajes, sin embargo, por sí misma, si fuera una película solitaria, no sería especialmente destacable. Lo es en su contexto y lo es por el modo en que nos hace redescubrir a estos personajes que creíamos tener por seguros y bien conocidos después de tres películas.
Toy Story 4 es, en resumen, el paradigma de epílogo: una historia que en estricto sentido puede no ser indispensable pero que le da cierre a preguntas que no sabíamos que teníamos y que nos permite redescubrir a estos personajes que nos acompañaron durante nuestra infancia temprana y que ahora, entre tanto, nos ofrecen una reflexión sobre el papel de esta generación en el mundo contemporáneo y el modo en que debemos enfrentar las adversidades a las que nos enfrentamos.