La noche del viernes pasado se dio a conocer la noticia de la muerte del actor Chadwick Boseman; evento repentino e inesperado que tuvo un poderoso impacto mediático que se tradujo en expresiones de condolencias por parte de actores, deportistas y empresas por igual.
Dentro de este gran impacto, una voz permanecía en silencio y quizá era una de las más esperadas en expresarse al respecto: la de Ryan Coogler, director de Black Panther y encargado de lo que se planeaba para Black Panther 2.
Ahora, el director y guionista ha compuesto una carta en honor al fallecido Chadwick en la que expresa y relata algunos de los episodios vividos al lado del actor e incluso detalla un poco el trabajo que había hecho para la secuela de la cinta del MCU pensando en Boseman.
Así, el director narra que la primera impresión que tuvo del actor se dio mientras decidía si dirigir Black Panther o no: «estaba sentado en una suite editorial del Lote de Disney viendo sus escenas» pues, nos aclara Coogler, «Yo heredé la elección de elenco para T’Challa de Marvel y los hermanos Russo»; el director continúa hablando de una escena en la que Boseman y John Kani (Rey T’Chaka): «Chad y John empezaron a conversar en un lenguaje que nunca había escuchado antes. Sonaba familiar, lleno de los mismos chasquidos y golpes que los jóvenes niños negros harían en los Estados.[…] tenían una musicalidad que se sentía antigua, poderosa y africana».
Coogler cuenta después que esos sonidos provenían del xhosa, un idioma bantú que forma parte de las lenguas oficiales de Sudáfrica, y que habían sido adoptados por los actores para dar mayor solidez a sus personajes. En específico destacando el papel de Boseman en rescatar los elementos africanos como parte de la identidad de su personaje: «La idea decisión de tomar el xhosa como la lengua oficial de Wakanda fue solidificada por Chad […] También defendió que su personaje hablara con un acento africano, de modo que pudiera presentar a T’Challa como un rey africano cuyo dialecto no había sido conquistado por el mundo occidental».
El cineasta narra después que conoció al actor en 2016 y que, desde entonces, le pareció una persona «anormal»: «Era calmado. Seguro.Estudiando constantemente. Pero también era amable, confortante, tenía la risa más cálida del mundo y ojos que veían mucho más allá de sus años, pero que podían brillar como los de un niño que ve algo por primera vez en su vida».
El proceso de Chadwick para trabajar, declara Coogler, era uno muy comprometido, participando incluso en las audiciones para roles de reparto, siempre consciente de la herencia africana y reflexionando y aportando constantemente al proceso creativo del film con su interés por hacer más contundentes y profundas sus líneas y entender mejor la identidad de Wakanda.
«Chad valoraba profundamente su privacidad, y yo no era conocedor de los detalles de su enfermedad. Después de que su familia dio a conocer su declaración, me di cuenta que él había vivido con su enfermedad durante todo el tiempo en que yo lo conocí. Porque era un protector, un líder y un hombre de fe, dignidad y orgullo, escudó a sus colaboradores de su sufrimiento. Vivió una vida hermosa. E hizo un gran arte. Día tras día, año tras año. Ese es quien era él. Era un show épico de fuegos artificiales. Contaré historias sobre estar ahí para algunos de sus brillantes chispazos hasta el final de mis días. Qué increíble huella ha dejado para nosotros.
Nunca había estado de luto por una pérdida tan aguda como ésta. Pase todo el año pasado imaginando y escribiendo palabras para que él las dijera que no estábamos destinados a ver. Me rompe saber que no pode ver otro close-up de él en el monitor o caminar hacia a él y pedirle otra toma».
Finalmente Ryan Coogle concluye su homenaje, carta y declaración con las siguientes palabras: «En las culturas africanas solemos hablar de los seres queridos que han fallecido como ancestros. A veces estas relacionado genéticamente. A veces no lo estás. Tuve el privilegio de dirigir escenas del personaje de Chad, T’Challa, comunicándose con los ancestros de Wakanda. Estábamos en Atlanta, en una bodega abandonada con pantallas azules y enormes luces de filmación, pero las interpretaciones de Chad lo hacían sentir real. Creo que es porque desde el momento que lo conocí, los ancestros hablaban a través de él. No es ningún secreto para mí cuán capaz era de retratar hábilmente nuestros más notables. No tengo dudad de que él seguirá viviendo y continuará bendiciéndonos. Pero es con un corazón en pesadumbre y con un profundo sentido de gratitud por haber estado en su presencia que debo reconocer que Chad es un ancestro ahora. Y sé que él nos estará cuidando, hasta que nos volvamos a encontrar».