Durante la madrugada del 1 de abril, Armando Vega Gil publicó en Twitter una carta en la que explicaba su decisión de cometer suicidio. El bajista fundador de la icónica banda del rock nacional Botellita de Jeréz negó enfáticamente las acusaciones de acoso, abuso sexual y pederastia que se hicieron en su contra y de manera anónima a través de la cuenta de Twitter Mee Too Músicos Mexicanos.
En la carta, Vega Gil ofreció disculpas » a las mujeres que hice sentir incómodas con mis palabras y actitudes» y por sus «modos machistas». Se dijo defensor de los derechos de los niños y se declaró en contra de su explotación y maltrato. Asimismo, escribió que «los feminicidios, los secuestros, la pornografía son un mal que avanza aparatosamente y … debe detenerse, a como dé lugar».
Finalmente explicó que su muerte tenía el propósito de limpiar el camino para su hijo y evitar afectarlo de manera más grave que la orfandad que le creó con ella. Pidió que no se culpara a nadie de su muerte y la afirmó como una «decisión consciente, voluntaria, libre y personal.
No se culpe a nadie de mi muerte: es un suicidio, una decisión voluntaria, consciente, libre y personal. #MeeToMusicosMexicanos pic.twitter.com/pEXVf6beFn
— Armando Vega Gil (@ArmandoVegaGil) April 1, 2019
Después que se confirmara la muerte del músico, se cerró la cuenta de Twitter Mee Too Músicos Mexicanos. Tras algunas horas, la cuenta fue reactivada con un comunicado que afirma que los administradores de la misma fueron víctimas de un intento de censura y hackeo. Afirman que, a pesar de lo sucedido, seguirán siendo una red de apoyo y denuncia.
En Filosofía Millennial hemos dedicado una editorial a reflexionar sobre este caso.