Desde su primer sencillo, Charlie Houston ha dejado claro el carácter personal, jovial y desenfadado de la música que crea a sus 19 años y que atestigua una historia de autodescubrimiento musicalizada y valientemente compartida. Así, I Hate Spring, su EP debut, llega al público como una sólida expansión de un fresco sonido y una estimulante sensibilidad andrógina.
Compuesto por cinco temas en los que la joven canadiense despliega su rico pop downtempo de acentos electrónicos y finas guías de guitarra, el material habla con frontalidad de una búsqueda de identidad que, en el caso de Charlie, pasa por luchas personales, salud mental, identidad sexual, desamor y las primeras experiencias afectivas.
Un enganchador y relajante sonido sincero, franco, que pide seguirlo escuchando una y otra vez para descubrir todas las capas en las que se desenvuelve pero que, por otro lado, resulta intuitivo, contagioso, emocional y efectivamente conectivo. Una transmisión que conecta, que se siente y que alcanza al escucha más allá del oído.